Hay conquistas que cuestan un Perú. Hay batallas que merecen ser libradas. Hay banderas que se plantan recién después de guerras bien ganadas. Y valen la pena. Y valen los sueños y la intención. Y valen el tiempo y valen la vida.
Y vale también dejarlas atrás.
Buscar otros mapas. Seguir otras huellas. Caminar por sendas jamás trazadas. Y vale seguir. Y vale dudar. Y vale encontrar tierras vírgenes donde volver a empezar. Donde volver a hacerle frente al frío. Donde volver a construir sobre nada. Vale cambiar victorias pasadas por presentes inciertos, y algunos éxitos personales por mañanas llenos de signos de interrogación. Vale mirar atrás sólo para recordar y no para volver. Vale ir hacia adelante sin otra meta que la de estar en paz. Vale armar castillos de arena que se vuelen con el viento si eso libera a la princesa que vive adentro. Vale correr, trotar, caminar, y para tomar impulso también vale descansar.
Todo vale para volver a empezar.
Y vale también dejarlas atrás.
Buscar otros mapas. Seguir otras huellas. Caminar por sendas jamás trazadas. Y vale seguir. Y vale dudar. Y vale encontrar tierras vírgenes donde volver a empezar. Donde volver a hacerle frente al frío. Donde volver a construir sobre nada. Vale cambiar victorias pasadas por presentes inciertos, y algunos éxitos personales por mañanas llenos de signos de interrogación. Vale mirar atrás sólo para recordar y no para volver. Vale ir hacia adelante sin otra meta que la de estar en paz. Vale armar castillos de arena que se vuelen con el viento si eso libera a la princesa que vive adentro. Vale correr, trotar, caminar, y para tomar impulso también vale descansar.
Todo vale para volver a empezar.