jueves, 21 de octubre de 2021

Yo sí

"Pochola vuelve" decía una vocecita en mi cabeza como un murmullo alentador que se repetía sin cesar. "Pochola vuelve", me recordaba a mí misma desde aquella tarde en la Base Naval Mar del Plata, cuando uno de sus camaradas me consoló con esas palabras: "Pochola vuelve". Y todo este tiempo había estado esperando que así fuera, que volviera. Ese amor, esa alegría, ese tiempo. Pensé que podía tenerlo de nuevo. De otra forma, en otra piel, en otros ojos, de nuevo. 

Pero no. De un día para otro, sin que lo hubiera planeado o querido, me di cuenta de que no. "No, Pochola no vuelve", me dije, "¡Pochola no vuelve!", repetí en voz alta y sentí el golpe repentino de esas palabras como una cachetada en mi propia cara. Pochola no vuelve, pero yo sí...

Y aunque el dolor fue por un momento insoportable, también fue liberador. 

Porque dejé de esperar. 
En todas las formas que una persona puede esperar,
dejé de hacerlo...

Pochola no vuelve, pero yo sí. 

Yo sí.