martes, 28 de abril de 2015

Bajo las estrellas

Después de decirle lo mucho que significaba para mí, ésa fue la primera vez que no me sentí la peor basura del universo con su indiferencia... Creo que hacía un esfuerzo sobrehumano para no lastimarme. Y eso me inspiraba cierta ternura.

Después de un rato de silencio mirando las estrellas me dijo: -Sos muy especial para mí. Se me llenaron los ojos de lágrimas y por el cuerpo me corrió un escalofrío que me dolió hasta la punta de los dedos.

-Vos sos muy especial para mí, le dije.

Y en cualquier contexto esas palabras hubieran significado algo hermoso. Pero en el nuestro no. Para nosotros era una mezcla de alegrías y tristezas y tiempos desencontrados. De sintonías desiguales. De sueños sin dueño y miles de planes sin un valiente que los lleve a cabo. Un resumen de lo que muy probablemente no tendríamos jamás.

Todo lo que éramos, todo lo que teníamos con nosotros esa noche bajo las estrellas, estaba ahí...

No había más... no había menos...
 

jueves, 23 de abril de 2015

La luz de los milagros


Mi padre solía decir que los milagros ocurren de una manera muy distinta a cómo uno los imagina. Una noche cuando volvió de trabajar, se sentó en la mesa a la hora de la cena y nos contó sobre una alumna que había estado faltando a sus clases repetidas veces y que, cuando le preguntó qué sucedía, ella contestó que le habían descubierto cáncer a su hermano. Desde aquella triste noticia ni ella ni su hermano eran los mismos. Sus rostros reflejaban la tristeza y la desesperación de quien ha olvidado cómo planear a largo plazo...

Sin embargo, una tarde cualquiera (o quizás no tan cualquiera), la sorpresa tocó sus puertas y con una sonrisa de oreja a oreja como si el mundo le hubiera dado su mejor regalo, ella estalló de felicidad y le contó a mi padre: -¡Fue un milagro, maestro! ¡Mi hermano nunca estuvo enfermo! ¡Nunca tuvo cáncer! ¡Un milagro!

Escuchándola y compartiendo también esa inmensa y contagiosa felicidad, mi padre le preguntó: -¿Pero un milagro? ¿Por qué un milagro, Mercedes? Si su hermano nunca estuvo enfermo...

Y la alumna, quizás ahora la persona más dichosa sobre la tierra, le contestó: -Sabe, maestro, los milagros no consisten solamente en convertir el agua en vino o en multiplicar los panes, los milagros también suceden cuando en medio de tanta oscuridad surge una luz, por pequeña que sea, que le ilumina la vida cuando creía haberlo perdido todo...