viernes, 18 de junio de 2021

¿Qué es perdonar? Todos escuchamos hablar del perdón o hablamos de él con el convencimiento de que partimos de un concepto universal, concreto, determinado, pero si compartiéramos lo que cada uno de nosotros entiende como perdón, surgirían decenas de conceptos diferentes. ¿Es aceptación el perdón? ¿Es resignación? ¿Es olvido? ¿Es justificación de la conducta del otro? ¿Es comprensión? ¿Es entendimiento de sus razones, de sus motivos? ¿Es empatía? ¿Es ponerse en sus zapatos? ¿Es ausencia de rencor, de odio, de venganza? ¿Es la suma de todo ello? ¿Existe realmente el perdón como concepto separado de lo anterior, o es acaso una idea que usamos para abarcarlo todo? 

Quizás, en lo que podríamos estar de acuerdo es en su consecuencia final que, aunque no exclusiva del perdón, sí indiscutible: paz interior. Ahora, ¿es acaso el perdón el único medio para lograr la paz interior? ¿De dónde viene la idea de que sólo a través del perdón -y no de su ausencia- obtenemos paz interior? ¿De dónde viene la idea de sentirnos más ligeros después de perdonar? 

¿No será que el perdón es simplemente ausencia de su opuesto, es decir, ausencia de venganza? ¿No será que el perdón es en realidad una renuncia, consciente o inconsciente, a ese deseo de venganza que surge después de una ofensa, de una humillación, de un insulto, casi como un deber? ¿No será que el perdón es en verdad liberarse de tal necesidad de venganza, liberarse del sentimiento de enojo y de rencor, que busca defenderse constantemente ante la ofensa recibida? 

Puede que con el tiempo lo hayamos malinterpretado. Puede que le hayamos dado significados que no tenía. Puede que el perdón sea simplemente el arma más poderosa para promover la paz entre los hombres y que lo hayamos convertido, poética y sutilmente, en la única forma que tiene el corazón para hallar paz interior. Porque cuando hay paz interior, hay paz entre los hombres

Pero, entonces, ¿qué es perdonar? Quizás, finalmente, no se trata de un acto de amor hacia el otro, ni de comprensión de sus razones, ni de empatía, ni de olvido, ni de tiempo, ni de entendimiento, ni de justificación, ni de renuncia

Quizás, simplemente, es un acto de resignación; una voz suave que, sin pensarlo ni planearlo, un día cualquiera nos dice dulcemente: "es tiempo de cerrar esta puerta, aquí no hay nada pendiente".  

2 comentarios:

  1. https://www.facebook.com/rogelio.dovidio/videos/3663652173716102/?app=fbl

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