Y la sensibilidad que me unía con el mundo comenzó a incomodarme. Estábamos en planos diferentes. Porque cuando uno se da cuenta de que ha dejado de ser fiel consigo mismo, evita escucharse y se crea realidades que cree que algún día le van a hacer feliz.
Y de repente la vida nos advierte sutilmente, o no tanto, de que algo anda mal, y nos volvemos a preguntar qué queremos, hacia dónde vamos, qué estrella perseguimos, como si no lo supiéramos… Y mientras discutimos con nosotros mismos, pasan los días y pasan los años y pasa la vida… Y tratamos de encontrar motivos a nuestras excusas y excusas a nuestros motivos, forzándonos a aceptar lo que nunca soñamos, convenciéndonos de ser lo que no somos, convirtiendo cada horizonte en una utopía…
Y así pasan los días y pasan los años… y pasa la vida… Y volvemos a pensar, y volvemos a lamentarnos, y volvemos a recordar aquellos tiempos en que nos dábamos el lujo de soñar y de creer que cada sueño, mágicamente, podía hacerse realidad…
No hay comentarios:
Publicar un comentario